¿Abogar por el gobierno limitado significa abandonar a los pobres?

Trasfondo #2551

Resumen: Los programas antipobreza del gobierno comparten la equivocada idea de que la pobreza en Estados Unidos es fundamentalmente un problema material que se puede resolver con aumentos de la ayuda social y del gasto de derechos a beneficios. La pobreza en Estados Unidos a menudo el resultado de un problema de relaciones, como la ausencia paterna o la descomposición de la comunidad, que los programas gubernamentales no pueden abordar adecuadamente. Sin embargo, las instituciones de la sociedad civil — familia, iglesias y otras asociaciones — son muy idóneas para proveer la asistencia personalizada que hace falta para arreglar estos problemas de relaciones, capacitando a la gente a a vencer la pobreza y llevar vidas sanas. En vez de desplazar los intentos del sector privado con programas de ayda social, el gobierno puede servir mejor a los pobres mediante el establecimiento y mantenimiento de las condiciones sociales que permiten a familias, iglesias y otras instituciones de la sociedad civil la libertad de servir a aquellos que lo necesitan.

¿Es compatible la promoción del gobierno limitado con preocuparse por los pobres?

A menudo se equipara erróneamente pedir un gobierno limitado con desinterés por los pobres. Esta equivocada línea de razonamiento asume que la pobreza es fundamentalmente un problema material y que el gobierno tiene la responsabilidad primaria de solucionarlo mediante el aumento de la ayuda social y del gasto en derecho a beneficios.

Sin embargo, en su raíz la pobreza es generalmente más compleja que una simple carencia de recursos materiales. En Estados Unidos, la pobreza es a menudo el resultado de un problema de relaciones humanas, por ejemplo, la ausencia del padre en el hogar o la descomposición de una comunidad. Tales rupturas en las relaciones se abordan de forma más efectiva a través de diversas instituciones de la sociedad civil.

La gente tiene muchas necesidades que van más allá de las simples posesiones materiales — necesidades que no puede llenar ninguna institución por sí sola. Las familias, iglesias, empresas y otras formas de asociación juegan papeles cruciales sustentando la libertad y cubriendo las necesidades de la gente. La política pública en general y la de ayuda social en particular deberían respetar y proteger estas instituciones de la sociedad civil.

Así, el gobierno limitado es pieza importante de un marco que beneficia a las personas en necesidad. Cuando el gobierno se limita a las tareas para las que está mejor preparado y autorizado a llevar a cabo, permite que florezcan las instituciones que combaten la pobreza más eficazmente. Lejos de ser incompatible con una preocupación por la pobreza, un gobierno apropiadamente limitado es fundamental para mantener un orden social que permita a la gente salir de la pobreza.

La pobreza en Estados Unidos no es principalmente material

En el debate político, la pobreza en Estados Unidos es a menudo algo que se trata como un problema puramente material. Esto es problemático por varias razones.

Primero, ver la pobreza sólo como un problema físico y material ignora las necesidades emocionales, espirituales e interpersonales. No cubrir algunas de estas necesidades puede resultar en algún tipo de pobreza o sufrimiento. Dado el amplio espectro de las necesidades humanas, son inadecuados los enfoques que se centran solamente en la provisión material, como los programas gubernamentales de ayuda social y de derechos a beneficios. Los programas de ayuda social gubernamental apropiadamente estructurados pueden satisfacer algunos tipos de necesidades. Sin embargo, para hacer frente eficazmente a la pobreza, los programas del gobierno deben dejar sitio — y no minar o usurpar — a otras instituciones que están mejor preparadas para atender el amplio conjunto de necesidades humanas.

Segundo, definir la pobreza como solamente de carácter material sugiere que la solución reside en proveer más dinero o bienes [1]. Lamentablemente, la solución no es tan inequívoca. Si lo fuera, la Guerra contra la Pobreza del presidente Lyndon Johnson habría generado mejores resultados.

Desde el comienzo de la Guerra contra la Pobreza en 1965, el gobierno federal ha gastado 16 billones de dólares en ayuda social. Tristemente, este gasto masivo ha fracasado tanto en su intento de romper el ciclo de dependencia del gobierno como en ayudar a las familias de bajos ingresos a poder escalar socialmente. En su lugar, la dependencia de la ayuda social ha crecido drásticamente. Desde 1960 hasta poco antes de las reformas de la ayuda social en 1996, el número total de receptores más que se triplicó [2]. El índice global de pobreza no ha cambiado mucho en las pasadas cuatro décadas y hoy uno de cada siete americanos vive en o por debajo de la línea oficial de pobreza definida por el gobierno federal [3].

Además, desde el lanzamiento de la Guerra contra la Pobreza, la tasa de nacimientos fuera del matrimonio se incrementó del 7 al 41% en la nación, superando el 70% para la población negra [4]. Esto ha devastado el bienestar de estas madres solteras y sus hijos y ha limitado fuertemente sus perspectivas de salir de la pobreza.

Los responsables políticos deberían reevaluar por qué gastar casi un billón de dólares anuales no sirve para reducir la pobreza. Una gran parte del problema está en la idea subyacente sobre la naturaleza de la pobreza en Estados Unidos: Que es en primer lugar un problema material. Si esta premisa es errónea, entonces el gobierno no podrá gastar jamás lo suficiente para superar el problema.

Las ráices relacionales de la pobreza

En gran medida, la pobreza en Estados Unidos no se debe solamente a una simple carencia de ingresos o bienes. Por tanto, no se puede reducir a cálculos financieros. Las causas de la pobreza tienden a ser de carácter relacional y a menudo parten de la quiebra de las relaciones fundacionales de la vida.

El objetivo de superar la pobreza no es simplemente eliminar la necesidad, sino capacitar a las personas para prosperar — esto es, empoderarlas para vivir vidas con sentido y contribuir a la sociedad. Prosperar es mucho más que un estómago lleno y un lugar donde dormir. Las personas tienden a crecer en el contexto de relaciones saludables con sus familias y comunidades. El sufrimiento y el rompimiento surgen cuando esas relaciones no existen o no son sanas.

Los esfuerzos por luchar contra la pobreza son más efectivos si atienden el espectro completo de relaciones necesarias para prosperar. Los planteamientos acertados no solo curan el rompimiento donde lo haya, sino que también fortalecen las relaciones saludables lo que hace la pobreza menos probable para empezar. Prevenir un problema es a menudo más eficaz a largo plazo que tratar constantemente los síntomas.

Los llamamientos a un mayor gasto en ayuda social por lo general pasan por alto el problema más profundo: la pobreza en Estados Unidos a menudo es más el resultado de múltiples relaciones rotas en la vida de la gente que el resultado de la falta de recursos materiales. Los problemas financieros son a menudo el síntoma de un rompimiento más profundo. Sea un padre abandonando a sus hijos, un matrimonio roto que lleva a un cónyuge a las drogas, o a un adolescente buscando la aceptación de la pandilla, la pobreza y la ruptura social a menudo emergen de gente relacionándose equivocadamente con alguien o algo. Estas vidas rotas que resultan de relaciones rotas a menudo llevan a las dificultades materiales.

Las respuestas eficaces a la pobreza abordan la dinámica de relaciones humanas que lleva a las personas a la drogadicción, depresión, miedo, violencia e incapacidad de mantener un empleo.No obstante, un gobierno burocrático grande está mal preparado para abordar precisamente estas dinámicas y relaciones.

Esperanza, confianza, amistad, rendición de cuentas, disciplina, aliento y relaciones personales sanas son ingredientes clave del bienestar humano. Cuando se carece de ellos o se rompen, el resultado puede ser pobreza, delincuencia o ruptura social. Las instituciones de la sociedad civil que promueven la interacción cara a cara cultivan mejor estos ingredientes del florecimiento humano. Las iniciativas para la reducción de la pobreza deberían por tanto fortalecer esas esferas de la sociedad en las que se desarrollan las relaciones saludables.

A la hora de tomar en consideración el papel del gobierno para aliviar la pobreza, la política pública debería reconocer el carácter relacional de la pobrezas, así como las vitales contribuciones de las instituciones locales y personales. El gobierno es pieza importante del marco general que beneficia a las personas en necesidad, pero el gobierno sirve mejor cuanto protege y salvaguarda, en lugar de desplazar, a las instituciones de la sociedad civil para combatir la pobreza.

Familia y amigos

Las iniciativas eficaces en la lucha contra la pobreza empiezan desde la base en familias, amistades cercanas y mentores. La gente a menudo recibe el cuidado más efectivo de aquellos que conoce y a los que trata regularmente. Las relaciones entre amigos y miembros de la familia permiten a la gente conocer las circunstancias del otro. Este tipo de conocimiento personal es necesario para adaptar las soluciones a las necesidades particulares. Estas relaciones cara a cara son el fundamento de una sociedad saludable y próspera.

Las relaciones sanas dentro del matrimonio y la familia son especialmente importantes para que la gente y las comunidades prosperen. Las familias pueden atender y son responsables de atender una amplia lista de necesidades. Proporcionan a sus miembros cuidados básicos de salud, educación, alimentación, cobijo, bienes económicos y directrices espirituales y morales. Las familias enseñan los principios básicos de compartir con los demás, de paciencia, perdón, honestidad, trabajo duro, respeto por las autoridades, amor incondicional y la importante de ahorrar dinero y evitar la gratificación instantánea. Estas lecciones contribuyen al éxito manteniendo buenos matrimonios y conservando empleos que representan dos de las más significativas sendas de la movilidad económica en Estados Unidos. Estos son también los valores y hábitos que hacen posibles la libertad y el autogobierno.

Cuando las familias se desintegran, los problemas individuales y sociales tienden a aumentar. La ruptura del matrimonio y la familia es un gran predictor de pobreza en Estados Unidos. Cerca del 80% de la pobreza de larga duración en Estados Unidos ocurren en hogares monoparentales [5]. Un hijo nacido de una madre sin casar es seis veces más propenso a experimentar la pobreza que un hijo nacido y educado en un hogar con padres casados [6]. Los estudios también indican que es menos probable que los hijos criados por padres casados experimenten con el crimen, el embarazo no deseado, la violencia doméstica y el abuso de drogas y alcohol, y es más probable que alcancen mejor rendimiento educativo y mantengan la salud física y mental.

Dada la importancia de familias estables e intactas para prevenir y reducir el impacto de la pobreza, los programas de asistencia gubernamental que crean desincentivos para el matrimonio pueden tener inesperadas consecuencias dañinas. Lamentablemente, al amenazar con retirar los beneficios del gobierno, muchos programas de ayuda social  desmotivan a que las madres solteras se casen con los padres de sus hijos que tienen empleo. Desanimar a hombres y mujeres a disfrutar de los apoyos financieros y emocionales del matrimonio para conservar un cheque mensual del gobierno no solo perjudica a estos adultos empobrecidos, sino que afecta negativamente a sus hijos los cuales son más propensos a continuar el ciclo de pobreza durante una generación más.

La pobreza y la descomposición social en Estados Unidos están fuertemente vinculadas a la ruptura familiar. Un buen gobierno que esté apropiadamente limitado protegerá la institución fundacional que es la familia y respetará la responsabilidad fundamental de la misma de atender a las necesidades de las personas. Las políticas públicas deben eliminar los mecanismos fiscales y de beneficios que penalizan el matrimonio. Los líderes y políticas gubernamentales pueden también promover los mensajes positivos sobre los beneficios del matrimonio, especialmente sobre los beneficios para los hijos de una madre y padre casados.

Iglesias y ministerios religiosos

Muchas personas o bien no tienen una familia que los apoye o tienen necesidades tan grandes que abruman a una sola unidad familiar. En estos casos, la gente requiere la ayuda de instituciones más grandes que pueden poner a disposición más recursos sin perder el toque personal que hace a las familias tan efectivas. De esta forma, iglesias y otros ministerios pueden jugar importantes papeles en la lucha contra la pobreza.

Como las familias, las congregaciones locales están bien preparadas para cultivar y restaurar las relaciones fundacionales de la vida. Las iglesias y otros ministerios proporcionan ayuda personalizada. Pueden conectar a aquellos en necesidad con otros que comprenden el problema, pueden ofrecer soluciones innovadoras y pueden observar los efectos directos de sus esfuerzos. Si ven que su forma de actuar no es eficaz, los ministerios locales pueden cambiar rápidamente el curso y usar diferentes enfoques según sea necesario.

Las congregaciones locales pueden atender a una amplia gama de necesidades emocionales, espirituales, sociales, materiales y financieras. Más allá de proveer solamente dinero o comida, pueden ofrecer rendición de cuentas, disciplina, un modelo a seguir y el sentido de pertenecer a una comunidad que ayuda. Parecidas a las familias, las comunidades religiosas y otros ministerios pueden también confrontar los problemas del alma humana, a un nivel en el que el cambio a menudo es necesario para superar las relaciones rotas y los patrones de conducta que atrapan a los individuos en la pobreza. Al señalarle una fuente de sentido y propósito en la vida a esta gente, estas instituciones confesionales pueden nutrir de esperanza, fortaleza y perseverancia ante las dificultades.

Las iglesias y otros ministerios pueden extender una mano que preste ayuda debido a la amplia gama de recursos que pueden proporcionar. Las congregaciones locales a menudo incluyen una variedad de personas con un extenso conjunto de habilidades y experiencias. Las iglesias pueden hacer uso de este gran depósito de talento y habilidad para adaptar las soluciones que permiten atender a las necesidades individuales y de las familias con gran eficacia y eficiencia sin perder el toque personal. Además, los miembros de las iglesias a menudo se inspiran en la vocación de servir a otros en necesidad, incluyendo sus comunidades circundantes.

La historia de Estados Unidos de América atestigua el poder y potencial de las organizaciones religiosas para cuidar de las necesidades de los que se duelen. Como muestra Marvin Olasky en su libro The Tragedy of American Compassion (La tragedia de la compasión americana),  históricamente las congregaciones han sido el primer recurso en tiempos de dificultad. Además de cuidar de las necesidades del día a día de las personas, las iglesias levaban la voz cantante en el desarrollo de escuelas, hospitales, agencias contra desastres y programas de ahorros y préstamos. Estas instituciones atendían eficazmente un vasto número de necesidades físicas y materiales, pero no separaban las necesidades tangibles de las intangibles. Servían a la persona de forma completa, buscando el fortalecimiento y la recuperación de todos las relaciones fundacionales en que la persona prospera [7].

Los llamamientos por un gobierno limitado reconocen que las iglesias y otras instituciones confesionales siguen estando mejor equipadas que el gobierno para restaurar las relaciones que son necesarias para superar la pobreza en Estados Unidos. Las políticas que erosionan el papel o los recursos de las comunidades y congregaciones locales están en oposición a las estrategias sólidas para combatir la pobreza. El gobierno es una institución impersonal que solamente puede cubrir un rango estrecho de necesidades materiales. Un gobierno limitado que protege y respeta el papel social y las responsabilidades de los grupos religiosos ofrece una mejor esperanza a los necesitados.

Empresas y empleos

El trabajo es crucial para superar la pobreza. Confiere un sentido de propósito y logro y habilita a las personas a cubrir sus propias necesidades y la de sus familias. Las empresas ofrecen oportunidades de empleo y la actividad empresarial es la primera causa del crecimiento económico. Las estrategias antipobreza deberían por tanto promover las políticas y condiciones que fomentan el crecimiento de los negocios en vez de estancarlos.

Atender la necesidad material es un paso importante para dejar atrás la pobreza, pero si se acomete sin atender al objetivo mayor que es el crecimiento humano, proveer las necesidades físicas puede ser perjudicial y deshumanizante. Por ejemplo, las estampillas de alimentos y otras dádivas podrán eliminar el hambre inmediata, pero si no se exige a cambio un esfuerzo o un pago, lo que se concede puede acabar con la motivación para trabajar del receptor. Este modo de operar puede por tanto minar el objetivo más importante de ayudar a la gente a reasumir su papel como miembros activos de la comunidad que contribuyen al bien común.

En contraste, el trabajo ofrece a las personas una oportunidad de utilizar sus talentos y habilidades para contribuir a la sociedad y proveer el sustento diario para ellos mismos y sus familias. El trabajo también proporciona un sentimiento de dignidad y logro. Por todas estas razones, las estrategias antipobreza deberían promover tanto el empleo como las condiciones económicas que fomentan la creación de trabajo.

Las empresas dan empleos y las empresas en crecimiento crean nuevas oportunidades de trabajo. Un gobierno apropiadamente limitado empodera a las empresas a competir, tomar riesgos, innovar, invertir y expandirse, lo que a su vez crea más empleos. El gobierno tiene un importante papel en proteger las condiciones en que las empresas pueden tener éxito, por ejemplo haciendo cumplir los contratos y protegiendo contra la actividad delictiva, como el fraude y la corrupción. Sin embargo, el gobierno puede también congelar el crecimiento económico y desalentar la creación de empleo mediante el intento de controlar la economía fijando artificialmente precios y salarios, financiando paquetes de “estímulo” económico y el despilfarro en obras públicas.

Estas intervenciones gubernamentales en la economía no incrementan la productividad o el empleo neto, aunque pueden aumentar el número de trabajos en el gobierno a la vez que congela el crecimiento del empleo en el sector privado. En esencia, tales políticas simplemente mueven las mismas cantidades de dinero de aquí para allá, quitándoselas a personas y familias y dándoselas a otros sin crear nada adicional [8]. Un gobierno limitado que empodere a las empresas a competir libremente y a crecer impulsa la creación de trabajo, lo que ayuda a los que están en necesidad. La política gubernamental puede también promover el empleo como una forma de salir de la dependencia al exigir de los receptores de la ayuda social capaces de trabajar que encuentren un empleo o se formen para ello.

El papel apropiado del gobierno

Como se ha señalado, las raíces de la pobreza en Estados Unidos son generalmente de carácter relacional. El origen de la pobreza puede a menudo encontrarse en la ausencia o rompimiento de relaciones fundacionales que son necesarias para que las personas prosperen. Los planteamientos eficaces de combatir la pobreza restauran estas relaciones clave. Aunque el gobierno está mal preparado para abordar las raíces relacionales de la pobreza, juega un importante papel para mantener las condiciones sociales en las que tales relaciones se desarrollan. El gobierno sirve mejor a los que lo necesitan cuando se limita a aquellas tareas que está más capacitado para desarrollar y permite a las instituciones de la sociedad civil que cuiden de la gente en persona.

Las personas atrapadas en la pobreza necesitan relaciones humanas que las provean de conocimiento y lazos significativos, la restauración de familias estables, el acceso a iglesias y otros ministerios que ofrecen amplia atención y que piden resultados, y la oportunidad de trabajar y proveer para sus seres queridos. Para crecer, estas relaciones y oportunidades presuponen una necesidad adicional: condiciones sociales seguras. La gente y las organizaciones necesitan la libertad de servir unas a otras. Los miembros de la comunidad necesitan la garantía de que su seguridad o posesiones personales no están en peligro. Las iglesias necesitan la capacidad de cultivar las relaciones y las empresas necesitan la libertad de crecer y crear empleos sin que otras entidades interfieran en sus apropiados roles y responsabilidades . El gobierno sirve a los necesitados cuando protege el papel de cada una de estas instituciones en la sociedad.

El papel del gobierno es crear y mantener un entorno global de seguridad, orden, libertad y paz, lo que incluye defender la justicia mediante leyes y responder a las amenazas contra la armonía social. Mientras articula y defiende el imperio de la ley en nombre de toda la sociedad, el gobierno beneficia a todos los ciudadanos, especialmente a los más débiles y más vulnerables. Al mantener la seguridad pública, la ley y la justicia, el gobierno garantiza que las relaciones sanas puedan crecer y prosperar en el contexto de la familia, la iglesia y la comunidad.

En situaciones difíciles, cuando las organizaciones de la sociedad civil no pueden atender las necesidades básicas, tangibles de la gente, el gobierno puede proporcionar la red de seguridad del apoyo material. Sin embargo, esta red no debería facilitar la dependencia a largo plazo del gobierno, sino más bien ayudar a la gente a sostenerse sola. Cuando el gobierno interviene para atender las necesidades materiales perentorias de las personas, debería actuar de forma que ni desaliente los comportamientos saludables, como el trabajo o el matrimonio, ni desplace organizaciones más pequeñas, de voluntarios.

Este gobierno limitado es de conformidad con la Constitución de Estados Unidos mediante la cual los Fundadores de Estados Unidos limitaron el papel del gobierno federal en parte para permitir que la sociedad civil prosperara [9].

Los peligros de la extralimitación del gobierno

Cuando el gobierno asume crecientes responsabilidades para las necesidades que la sociedad civil puede proveer, desplaza las responsabilidades y recursos de las instituciones privadas. El gobierno es lo adecuado para confrontar necesidades que requieren del ejercicio del poder coercitivo pero está pobremente equipado para afrontar otras necesidades, incluidos los “problemas del alma” que habitualmente contribuyen a la pobreza y la ruptura social.

Los programas del gobierno pueden moldear el sentido de responsabilidad de la gente y las obligaciones recíprocas. Por ejemplo, el Seguro Social y programas gubernamentales similares que proveen por los mayores pueden influir en el sentido de responsabilidad de las personas respecto del cuidado de los padres y abuelos. Los beneficios de desempleo financiados por el gobierno pueden disminuir el sentido de la obligación de una comunidad con sus vecinos que pierden su empleo. Además, la ayuda social  gubernamental disminuye la donación privada a los pobres. Arthur Brooks, del American Enterprise Institute, encontró mediante el uso de datos por estado de entre 1997 a 2002, que un aumento del 10% del gasto estatal en ayuda social  se correlaciona con un descenso del 3% en donaciones caritativas de sus ciudadanos [10].

El gasto gubernamental en ayuda social también puede desplazar los esfuerzos privados para los necesitados. Por ejemplo, antes de que se promulgara la Parte D de Medicare en 2003, dos tercios de los suscritos a Medicare recibían cobertura de medicamentos de proveedores no gubernamentales [11]. Los analistas han visto desde entonces que el nuevo beneficio de medicamentos resultó en un tasa de desplazamiento del 72%. Por cada siete recetas que paga ahora el gobierno, con anterioridad se habrían financiado cinco privadamente [12].

El Programa de Seguro Médico Infantil de los Estados (SCHIP) ha tenido un efecto similar. En 2007, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, entre el 25% y el 50% de aquellos cubiertos por previas ampliaciones del SCHIP fueron desplazados de la cobertura privada [13].

En cualquier campo en que ocurre, estos desplazamientos dan el mismo resultado: los programas y la financiación gubernamentales empujan a la irrelevancia a las organizaciones mejor preparadas para atender a aquellos con necesidades, mientras que el gobierno asume más responsabilidad y control sobre más recursos.

Un gobierno que sobrepasa sus legítimos límites y menoscaba la responsabilidad apropiada de otras instituciones actúa no solo inconstitucionalmente, sino también de forma injusta. Tal gobierno en expansión también va contra los mejores intereses de los pobres. El gobierno sirve mejor cuando establece y mantiene las condiciones sociales que permiten a las familias, iglesias y otros ministerios nutrir relaciones sanas que permiten a las empresas proporcionar oprtunidades de trabajo.

Conclusión

El llamamiento al gobierno limitado no significa ignorar la suerte de aquellos en la pobreza. Por el contrario, el gobierno limitado, correctamente entendido, es un componente esencial de un marco más general que beneficia a las personas necesitadas. Ese marco contempla no solo la necesidad material sino también las familiares, espirituales, morales, emocionales y sociales.

Este marco deja espacio para que cada institución juegue su papel apropiado y haga lo que hace mejor. Permite a familias, iglesias y organizaciones sin ánimo de lucro cubrir necesidades básicas, alimentar relaciones saludables y germinar ciudadanos virtuosos. Con este marco, las empresas dan oportunidades de trabajo y amplían la riqueza mientras que el gobierno salvaguarda la vida, la propiedad y las instituciones. Juntos, el gobierno limitado, la libre empresa y la sociedad civil fuerte construyen la clase de comunidades que permiten a la gente salir de la pobreza.

El Dr. Ryan Messmore es investigador adscrito a la donación William E. Simon especializado en Religión y una Sociedad Libre en el Centro Richard y Helen DeVos para la Religión y la Sociedad Civil en la Fundación Heritage. 

© Heritage.org (Versión en inglés) | © Libertad.org (Versión en español)

Referencias

[1] Cuando se trata de pobreza a largo plazo, tanto el gobierno como las instituciones no gubernamentales han usado demasiado a menudo este planteamiento.

[2] Fundación Heritage, “Welfare Caseloads Have Declined Since the 1996 Welfare Reform”, en https://www.familyfacts.org/charts/305/welfare-caseloads-have-declined-since-the-1996-welfare-reform (25 abril 2011).

[3] Fundación Heritage, “The Official Poverty Rate Has Declined Minimally Since the Late 1960s” en https://www.familyfacts.org/charts/ 320/the-official-poverty-rate-has-declined-minimally-since-the-late-1960s (25 abril 2011).

[4] Fundación Heritage, “More Than Four in 10 Children Are Born to Unwed Mothers”, en https://www.familyfacts.org/charts/205/more-than-four-in-10-children-are-born-to-unwed-mothers (25 abril 2011).

[5]Patrick Fagan, Robert Rector, Kirk Johnson y America Peterson, “The Positive Effects of Marriage: A Book of Charts” Fundación Heritage, abril 2002 en https://www.heritage.org/Research/Features/Marriage/upload/48119_1.pdf (25 abril 2011).

[6]Robert Rector, “Understanding and Reducing Poverty in America”, testimonio ante el Joint Economic Committee, Congreso de Estados Unidos, 25 de septiembre de 2008, en https://www.heritage.org/Research/Welfare/tst040209b.cfm (25 abril 2011).

[7]Marvin Olasky, The Tragedy of American Compassion (Wheaton, Ill: Crossway Books, 1992), p. 6–23.

[8] Para más información sobre los conocimientos básicos de crecimiento económico,véase Leslie Carbone y Jay Richards, “The Economy Hits Home: What Makes the Economy Grow?” Fundación Heritage, en https://www.heritage.org/Research/Reports/2009/07/The-Economy-Hits-Home-What-Makes-the-Economy-Grow.

[9]Para más información sobre las opiniones de los Fundadores sobre el gobierno en relación a la sociedad civil, véase Ryan Messmore, “A Moral Case Against Big Government” Fundación Heritage Principios Fundacionales Nº 9, 27 de febrero de 2007, en  https://www.heritage.org/Research/Reports/2007/02/A-Moral-Case-Against-Big-Government-How-Government-Shapes-the-Character-Vision-and-Virtue-of-Citizens.

[10] Arthur C. Brooks, Who Really Cares: The Surprising Truth About Compassionate Conservatism (Cambridge, Mass.: Basic Books, 2006), p. 59.

[11] Joint Economic Committee, Congreso de Estados Unidos, “Medicare Beneficiaries’ Links to Drug Coverage”, 10 de abril de 2003, en https://jec.senate.gov/republicans/public/?a=Files.Serve&File_id=b22c5946-797c-4904-bd32-699fcd9415ad (25 abril 2011). Para más sobre el desplazamiento causado por Medicare Parte D, véase William W. Beach, “The 2009 Index of Dependence on Government”, Fundación Heritage, Informe del Centro de Análisis de Datos Nº CDA10–01, en https://www.heritage.org/research/reports/2010/03/the-2009-index-of-dependence-on-government?query=index+of+dependency.

[12] Frank R. Lichtenberg y Shawn X. Sun, “The Impact of Medicare Part D on Prescription Drug Use by the Elderly”, Health Affairs, Vol. 26, Nº 6 (Noviembre 2007), p. 1735–1744.

[13] Oficina de Presupuesto del Congreso, “The State Children’s Health Insurance Program” Mayo 2007, p. 12, en https://www.cbo.gov/ftpdocs/80xx/doc8092/05-10-SCHIP.pdf  (2 mayo 2011).

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