La gran temporada de la NFL terminó en el campeonato de los Patriots y ha sido un escaparate del extraordinario talento de los entrenadores de fútbol americano. Vince Lombardi, John Madden y Bill Parcells son todos nombres que conocemos bien debido a su éxito a final de temporada como líderes de la NFL. Lo que probablemente no sepan es que muchos entrenadores de fútbol trabajan duro en la parte más baja de la escalera profesional antes de conseguir su oportunidad en un puesto más destacado – si esa oportunidad alguna vez les llega.
Ése fue sin duda el caso del entrenador principal de los Patriots, Bill Belichick. Antes de llegar a ganar cuatro Super Bowls (y disputar otros dos), Belichick era sólo un graduado de la Universidad Wesleyan de Connecticut con ambiciones en la vida. Como tenía el sueño de ser entrenador profesional de fútbol americano, envió 250 cartas a 250 entrenadores de la NFL después de graduarse, en las que les pedía un hueco entre su personal, el que fuera. Muchas de ellas no obtuvieron respuesta. Pero finalmente eso le permitió a Belichick conseguir un puesto como ayudante del entrenador principal de los Baltimore Colts, Ted Marchibroda, porque necesitaba ayuda extra con los recados del equipo. El sueldo de Belichick era de $25 semanales – antes de impuestos.
Las responsabilidades eran exigentes. Además de llevar y traer a Marchibroda del antiguo Memorial Stadium de Baltimore (y llevarle su café), Belichick trabajaba 16 horas diarias analizando cintas de partidos y estudiando a los siguientes rivales. Pero aprendió mucho de la experiencia:
“Era un trabajo que me daba poco dinero, pero fue probablemente el mejor trabajo que jamás haya tenido, puesto que aprendí muchísimo. Sentía que otras personas querrían hacer lo mismo, no por el dinero, sino porque realmente querrían aprender sobre el juego y disfrutar de esa paliza francamente –porque era una paliza, aunque resulte beneficioso a largo plazo— pero ése era el tipo de persona que estaba buscando”.
Y no se trataba sólo de conocimientos deportivos:
“Aprendí muchísimo de Marchibroda, de tácticas, pero en realidad no se trataba sólo de tácticas. Era mucho más que ser simplemente un entrenador de fútbol: preparación, ética de trabajo, formalidad, lo que hace tener un buen equipo de fútbol”.
El resto es historia. Posiblemente el mejor entrenador de todos los tiempos, Belichick ha convertido a los Patriots en una potencia perenne. No está nada mal por un primer empleo de $25 semanales.