Es el sabio de Estados Unidos.
Nacido en Boston en 1706, era más mayor que la mayoría de los Fundadores. Benjamin Franklin se abrió su propio camino en el mundo. De joven, probó varios oficios antes de decidirse por la imprenta, el único oficio mecánico que se adaptaba a su estudiosa y escrutadora mente.
Franklin era un científico. Fundó la Sociedad Filosófica Americana para promover la ciencia en el Nuevo Mundo. Investigó los fenómenos naturales y su investigación sobre la electricidad condujo al descubrimiento de la polaridad de la corriente eléctrica; Su invención del pararrayos y muchos otros avances le dieron renombre internacional. Se convirtió en el americano más famoso del mundo, que puso su fama y prestigio al servicio de la causa fundadora.
Al principio, trató de evitar la ruptura con Inglaterra, algo que terminó siendo inevitable. Franklin se convirtió en el embajador más influyente de Estados Unidos, persuadiendo a amigos y extraños a la causa. Su influencia fue crucial para declarar la independencia americana y perteneció al comité que redactó el famoso documento. Años después, el conocimiento público de que Washington y Franklin apoyaban la nueva Constitución propuesta fue quizás tan importante como cualquier otro factor para asegurar su aceptación popular.
Aunque estuvo en el epicentro de algunos de los episodios más trascendentales de la Fundación de Estados Unidos, los pensamientos y escritos de Franklin están dedicados más a asuntos de cultura y moralidad popular que a leyes e instituciones. Sostuvo que las instituciones importan menos que el carácter de las personas que las mantienen. Su famosa respuesta sobre qué tipo de gobierno habían establecido los Fundadores reverbera hasta hoy: “Una república, si pueden mantenerla”. Sólo una población con el temperamento adecuado puede apoyar un gobierno libre, por lo que la tarea de un Fundador no sólo es dar forma a las instituciones, sino también al carácter. Según Franklin, una sociedad libre requiere ciertas virtudes (virtudes democráticas) si quiere sobrevivir. En su Autobiografía, menciona 13. Franklin dirigió sus escritos en gran medida a la formación del carácter popular, y tuvo un efecto muy saludable en ese carácter.
Benjamin Franklin entendía que la sociedad americana tenía dos características distintivas: 1) Los americanos comenzaban con muy poco en la vida y necesitaban abrirse camino. 2) Estados Unidos brinda suficientes oportunidades para alcanzar la prosperidad a cualquiera que esté dispuesto a trabajar por ella. Ess una receta para tremendo desarrollo económico y felicidad social, pero solamente si el terreno humano está debidamente preparado.
Franklin no estaba en contra de que el gobierno se hiciera cargo de muchas de las tareas que describe, pero vio que el bienestar de una sociedad democrática se basa en la voluntad de los individuos a dedicar tiempo al bien público. Promovió iniciativas como guardias nocturnas, alumbrado público, limpieza de calles, organización de brigadas de bomberos y defensa civil. Reunió apoyos para la primera biblioteca, escuela y hospital públicos en Filadelfia. En cada uno de estos casos, la iniciativa fue suya, pero se requirieron los esfuerzos organizados de muchos para llevarlos a buen término
Franklin también se preocupó por el liderazgo. El modo de liderazgo democrático es la persuasión y no la coerción. Este método de liderazgo sigiloso, por así decirlo, es una de las lecciones más importantes de Franklin para aquellos que promoverían el bien público en un entorno democrático. Franklin estaba más interesado en el estado de la cultura democrática que muchos en la generación fundadora. La democracia requiere una preocupación por el bien común e iniciativa para promoverlo, difundiéndolo por toda la población. Algunos de los esfuerzos más vigorosos de Franklin se dedicaron a cultivar esto en sus conciudadanos.
Vivió para ver los dulces frutos de su trabajo con la ratificación de la Constitución y también la toma de posesión de Washington como el primer presidente de la nación en 1789. Franklin murió poco después, en abril de 1790. Pero su sabiduría y ejemplo se mantuvieron entre sus compatriotas. Benjamin Franklin es leyenda.
© Heritage.org (Versión en inglés) | © Libertad.org (Versión en español)