Probablemente haya oído hablar mucho acerca de la reforma fiscal estas últimas semanas. Y es lógico: la presión fiscal está asfixiando a nuestras pequeñas empresas.
Dos tercios de los pequeños empresarios indican que los elevados impuestos amenazan la viabilidad de sus empresas. Un nuevo estudio de JPMorgan Chase muestra que la expansión de las pequeñas empresas (la espina dorsal de la economía de Estados Unidos) es insignificante, pues muchas pequeñas empresas “operan con un ajustado presupuesto y básicamente viven de un mes al otro”. Como escribió recientemente en The Hill el presidente y director ejecutivo de JCN, Alfredo Ortiz: “La reforma fiscal debe ser más amplia y no centrarse solamente en el anticompetitivo tipo impositivo empresarial del país, debe centrar su atención en proporcionar un respiro a los 28 millones de pequeñas empresas de Estados Unidos y a los 85 millones de americanos que obtienen su sustento gracias a ellas”.
Afortunadamente, el Congreso ha presentado una solución. Se conoce como la ley de reforma fiscal “Reavivemos a las pequeñas empresas” un nuevo proyecto de ley presentado por los representantes Rand Hultgren (IL) y Jason Smith (MO) y respaldada por JCN. ¿Qué contiene el proyecto de ley? Aquí puede ver sus principales disposiciones:
- Rebajar el tipo impositivo de los primeros $150,000 de ingresos de las pequeñas empresas al 12% y al 25% en el caso de todos los ingresos que superen ese umbral.
- Permitir que las pequeñas empresas gasten inmediatamente toda su inversión en equipamiento.
- Permitir que las pequeñas empresas retrasen la declaración de ingresos hasta que realmente hayan recibido el pago.
Estas disposiciones facilitan que las pequeñas empresas creen nuevas instalaciones y contraten a nuevos empleados. ¿Cómo? Reducen la carga tributaria sobre las pequeñas empresas en sus primeros días de vida, cuando tratan de despegar y expandir. La ley estimula a los pequeños empresarios para que inviertan en nuevo equipamiento y para que hagan crecer sus empresas hasta los $150,000 o más en ingresos.
La reforma fiscal fomenta la creación de empleo y ayuda a 85 millones de americanos que dependen de las pequeñas empresas. Por eso urge.