En una economía de mercado las empresas nacen para generar ganancias para los propietarios. Para lograrlo deben producir o comercializar bienes y servicios que sean de utilidad para la sociedad y que se vendan a precios superiores a los costos de producción, incluyendo el costo de oportunidad del capital que los propietarios tienen invertido. El lucro es la medida de cuán beneficiosa es una empresa para la sociedad en general. Microsoft genera altas utilidades porque los productos y servicios que comercializa son altamente beneficiosos para aquellos que los adquieren. Y mientras más utilidades genera una empresa, más puede crecer, aumentar su producción, mejorar sus bienes o servicios y generar empleos. Por lo tanto, deberíamos alegrarnos y premiar a las empresas lucrativas en vez de verlas como aves de rapiña o ladronas (a menos que su rentabilidad dependa de algún privilegio otorgado por el Estado, en vez de la competencia del mercado libre).
Por otro lado, ¿qué significa cuando una empresa pierde dinero? En este caso, el valor de los bienes o servicios comercializados no superan el costo de producción (incluyendo el costo de oportunidad). Si la sociedad no está dispuesta a pagar un precio que cubra los costos por cierto bien o servicio, entonces la empresa está destruyendo valor en vez de generarlo, y los recursos que utiliza (capital, personas, tecnología, etc.) podrían ser mejor utilizados en otros emprendimientos. En este caso, lo mejor para la sociedad en general es que esa empresa cierre lo más rápido posible para que los recursos puedan irse a sectores donde serán más útiles para la sociedad y por ende generaran más valor y más utilidad.
Si una empresa pierde dinero y cierra rápidamente y con bajos costos, los dueños del capital pueden direccionar sus recursos a otros emprendimientos más lucrativos, es decir, más beneficiosos para la sociedad y los trabajadores irse a otros empleos donde tengan mejores perspectivas y estabilidad. Por otro lado, si por razones legales, el proceso de cierre de una empresa es largo y costoso, prolongamos la agonía de una empresa que no genera valor a la sociedad, que no genera utilidad a los propietarios, que no da perspectivas de crecimiento, desarrollo y estabilidad para los empleados. Con un proceso costoso de cierre, todos pierden.