Respuesta corta: ¡Inmenso!
Respuesta larga: En el año 2017, el gasto público total a nivel federal, estatal y local superará los $7 billones. Según los datos del gobierno, el gasto en atención médica será de casi $1.6 billones, mientras que la financiación de la educación y la defensa nacional sumarán $1.1 billones y $900,000 millones, respectivamente. Los gobiernos locales, estatales y federal también pagarán $1.3 billones en pagos de pensiones a los empleados públicos.
Para tener algo de perspectiva, el producto interno bruto (PIB) total de Estados Unidos, que mide el valor total de los bienes y servicios proporcionados en un año, ronda actualmente los $18.6 billones. En otras palabras, el gasto público equivale por tanto a bastante más de un tercio de la totalidad de la economía americana.
Desafortunadamente, la inflada burocracia de Estados Unidos no hace sino aumentar las probabilidades de despilfarro público. Véase el caso del Departamento de Defensa. Según una reciente investigación del Washington Post, el Pentágono admite $125,000 millones en despilfarro administrativo en sus operaciones comerciales. Gasta casi un cuarto de su presupuesto de $580,000 millones (unos $145,000 millones) en importantes operaciones comerciales y en gastos generales como contabilidad, recursos humanos, logística y gestión de propiedades. El Pentágono paga a más de un millón de contratistas, civiles y personal uniformado para cubrir puestos administrativos, al tiempo que mantiene 1.3 millones de soldados en el servicio activo, la cifra más baja desde la Segunda Guerra Mundial. Quizás lo más sorprendente sea que un empleo administrativo promedio del Pentágono le cuesta al contribuyente más de $200,000 en sueldo y beneficios.
Como el vicesecretario de Defensa Robert Work admite: “Somos la mayor burocracia del mundo. Eso conlleva cierta ineficiencias inherentes”.
Para ser exactos, $125,000 millones en “ineficiencias inherentes”. Y esto sólo en una agencia del gobierno.
Sin duda, una mala noticia para Ud., el contribuyente.