Las 6 preguntas que guíen la política pública de Estados Unidos en 2018

El año 2017 definitivamente tuvo sus buenos momentos. Neil Gorsuch está en la Corte Suprema. La guerra contra el terrorismo fue en la dirección correcta, con el primer ministro de Irak declarando la victoria sobre el Estado Islámico (EI). La administración Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo sobre el cambio climático de París y está trabajando para reducir las regulaciones. También logramos un recorte de impuestos muy necesario.

Pero hay mucho por hacer en 2018 y más allá de 2018.

Por ejemplo, el sistema de salud. A pesar de lo que dijo el presidente Trump, derogar el mandato individual no revoca «en esencia» Obamacare. Las disposiciones clave, como la expansión de Medicaid, siguen vigentes. «La derogación del mandato individual es ciertamente una victoria significativa para los republicanos en el Congreso», escribe David Sivak en The Daily Signal. «Sin embargo, el cambio es modesto en comparación con los previos intentos republicanos de derogación completa». De hecho, «algunos predicen que la derogación del mandato individual en realidad puede llevar a los republicanos a apuntalar los sistemas especializados de Obamacare».

O miremos el gasto público. Sigue creciendo a pasos agigantados. La experta en presupuestos, Romina Boccia, en una revisión del gasto federal en 2017, señala que el déficit alcanzó los $666,000 mil millones (qué número tan apropiado…), la deuda llegó a $20 billones y el gasto de la Seguridad Social superó el billón de dólares.

Este ritmo es insostenible. No es de extrañar que siempre nos digan que no podemos «permitirnos el lujo» de recortar impuestos. El dinero que enviamos a Washington fluye a un ritmo tan prodigioso que los políticos naturalmente aúllan ante la idea de incluso una modesta reducción.

El problema es que la libertad requiere trabajo y vigilancia constantes. No hay victorias o derrotas permanentes. Es como quitarle la mala hierba a un jardín. La formulación de política pública nunca es una situación «única y finalizada». Siempre habrá algo más que hacer mañana — y al día siguiente…

Con esto en mente, en mi libro Getting America Right (2006), mi coautor, Doug Wilson, y yo presentamos un test de seis preguntas que, «bien podría convertirse en la operación de bypass que restablezca el funcionamiento normal del enfermo corazón político de Washington».

Las preguntas que debemos hacernos sobre cualquier política pública son:

  1. ¿Es asunto del gobierno?: Relativamente pocas son las cosas que en realidad necesitan intervención federal. Muchas pueden y deben manejarse a nivel estatal y local, donde la rendición de cuentas, el conocimiento y la supervisión son mejores por naturaleza.
  2. ¿Promueve la autosuficiencia?: Las propuestas progresistas de política pública generalmente promueven la dependencia del gobierno y nada podría ser más antiamericano que eso. Deberíamos, por ejemplo, medir el éxito de un programa de bienestar social no por la cantidad de personas que se inscribieron en él, sino por la cantidad de personas inscritas en él que han logrado encontrar trabajo.
  3. ¿Es responsable?: ¿Deberíamos gastar más de lo que ingresamos? ¿Deberíamos tolerar el despilfarro, el fraude y el abuso? Por supuesto que no.
  4. ¿Hace más próspero a Estados Unidos?: Ésta es una pregunta clave que debemos hacer cuando se trata de barreras comerciales y regulación a las empresas. Sin embargo, rara vez nos la preguntamos.
  5. ¿Nos hace más seguros?: La forma en que hemos estado subfinanciando a nuestras fuerzas militares, hasta el punto de que los niveles actuales de preparación están seriamente comprometidos, sugiere que debemos preguntarnos esto más a menudo.
  6. ¿Nos unifica?: Solíamos darles la bienvenida a los inmigrantes como nuevos americanos. Sin embargo, nuestra política actual fomenta la balcanización. Esto necesita cambiar — y rápido.

Indudablemente debemos ser optimistas sobre en nuevo año 2018. Tenemos las armas que necesitamos para mejorar las cosas. La pregunta en el aire es si tendremos el valor de actuar en consecuencia.

 

© The Washington Times (Versión en inglés) | © Libertad.org (Versión en español)

 

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