En el mundo de la política exterior, nadie puede adivinar el futuro. Ni yo. Pero se puede detectar las tendencias y sus trayectorias se pueden predecir.
Aquí les presento cinco predicciones (aunque admito que son agresivas) sobre lo que podría pasar en política exterior durante este Año Nuevo 2020.
1. Los ciberconflictos se convertirán en conflictos reales
El mundo cibernético ya está lleno de servicios de inteligencia nacional, sindicatos del crímen, hackers y piratas informáticos. En 2019, tanto actores estatales como no estatales ya se han enfrentado unos a otros, cada vez con mayor frecuencia y ganas,y no hay señal de que vayan a ralentizarse.
Específicamente, ahora que Estados Unidos entra en año electoral con sus presidenciales, con pocos frenos contra la interferencia digital en las campañas y lo prometedor de su potencial impacto será enormemente tentador para numerosos gobiernos extranjeros y otros actores buscando provocar el caos en nuestro proceso político.
Los líderes de Estados Unidos también estarán bajo significativa presión política para identificar y contrarrestar esta interferencia y se sentirán proclives a responder belicosamente, en la defensa de las instituciones políticas de la nación. A su vez, esto podría desatar situaciones tensas que afecten el mundo real, a nivel político, social y económico.
2. Ciberataque a gran escala
A medida que las confrontaciones cibernéticas se tornen más frecuentes e intensas, la probabilidad de una escalada —y de erroes de cálculo— aumentará. 2020 bien podría ser el año en que veamos un ciberataque a gran escala que provoque daños físicos a gran escala e importantes pérdidas de vidas humanas.
Por ejemplo, un reciente ciberataque, que se cree se originó en Irán, tenía como objetivo una planta petroquímica en Arabia Saudita para provocar una gran explosión que podría haber segado la vida de docenas de personas. Pero un error de codificación de los atacantes fue lo que evitó el éxito del ataque.
Aunque no es probable que un ataque similar tenga lugar en Estados Unidos, sí le podría suceder a uno de nuestros aliados o socios y eso podría tener serias implicaciones para el pueblo americano.
De suceder, Estados Unidos seguramente sabría con gran certeza quién perpetró el ataque, pero el grueso de la información se quedaría en canales clasificados, permitiendo al sector privado y gobiernos extranjeros que duden sobre la identidad de los perpetradores. Eso obstaculizará una respuesta pública efectiva.
En vez, Estados Unidos probablemente responderá de forma discreta entre bambalinas y los agresores serán doblegados pero eso no los persuadirá de evitar futuras agresiones.
3. Más abusos chinos
El mundo se enterará de más violaciones chinas de los derechos humanos y de su mal comportamiento en general.
Habrá que esperarse más informes sobre los campos de detención contra la etnia uighur en la China occidental y sobre las protestas en Hong Kong provocando fuertes reacciones en el público de Occidente. Estas reacciones moldearán el contexto político de las negociaciones comerciales y de seguridad con Pekín.
4. Australia se volverá contra China
Australia seguirá descubriendo la abierta interferencia de Pekín en sus sectores social, económico y político. El gobierno de Australia se galvanizará debido a ello y buscará movilizar una coalición internacional para hacerle frente a la agresión e interferencia chinas.
No obstante, esta iniciativa fracasará, debido a la indiferencia política y económica de Europa y a la falta de liderazgo de Estados Unidos.
5. La capitulación de Europa ante Pekín
Muchos países europeos están llegando a un punto de crisis interna debido a que carecen de una base industrial tecnológica y se enfrentan a crecientes índices de descontento entre sus ciudadanos por no haber sabido cumplir con los prometidos derechos a beneficios.
Muchos de esos países se verán en la disyuntiva de hacer catastróficas concesiones en materia de seguridad, en un intento por aplacar el descontento ciudadano y para no quedarse atrás en los avances tecnológicos americanos y chinos. Esta tendencia ya se refleja en la creciente presencia de Huawei en Europa y en el hecho de que veintitrés países europeos ya han firmado acuerdos bajo el predatorio programa de Pekín conocido como la Nueva Ruta de la Seda (BRI). Diecinueve de estos países son miembros de la Unión Europea y uno de ellos, Italia, pertenece al Grupo de los Siete (G7).
2020 podría ser un año estupendo para la política exterior de Estados Unidos. Pero, incluso si así fuera, nuestra nación tendrá que hacer frente a serios retos y las 5 predicciones aquí expuestas son sólo algunos de esos retos para los que deberíamos estar preparados.
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