Se dice que el latino cree en valores tradicionales como el derecho a la vida, la familia, la iniciativa empresarial, un Estado limitado, etc. Pero a la hora de la verdad, en las urnas, suelen votar por candidatos que propugnan políticas populistas que van en contra de esos valores, nunca por la libertad individual. ¿Por qué? Una hábil explotación de la envidia y la promesa de los políticos ofreciendo utopías son parte de la respuesta.
Hay que reconocer que la izquierda siempre ha sabido usar la propaganda de manera eficaz. Sabe explotar bien las debilidades del contrario y estigmatizarlo a un punto tal que, aunque se sea y se vote como liberal, mucha gente tiene pavor a reconocer públicamente su color político. Y es que la falaz concepción marxista del empresario como el gordo capitalista de sombrero de copa y puro que se hace rico explotando el trabajo de los pobres obreros sigue indeleble en la mentalidad latina aunque sea una falsedad. Escasamente se oye hablar de argumentos contrarios porque Marx sigue reinando en nuestras aulas y salas de redacción de los medios de comunicación. Igualmente escasa es la promoción de ideas fundamentadas en la libertad porque eso va en contra de la narrativa populista de la explotación.
Hay gran necesidad de contrarrestar los argumentos de una izquierda que goza prácticamente de un monopolio intelectual en el mundo latino. Desde Libertad.org, la página que fundó la Fundación Heritage en 2010 y que ahora dirijo, buscamos ofrecer una alternativa pro libertad, no sólo para los hispanohablantes de Estados Unidos sino para esta comunidad de más de 400 millones de personas en el mundo entero, bombardeada a diario con el mensaje colectivista y liberticida que siempre produce miseria allí donde se practica.
En su desesperación por huir de un círculo vicioso de pobreza y desesperanza, muchos emigran buscando un futuro mejor. Los que emigran a Estados Unidos lo hacen principalmente por motivos económicos y muchos llegan sin conocer o entender los principios fundacionales de Estados Unidos y los entresijos del funcionamiento de su sociedad civil. Sólo saben que allí encontrarán lo que no hallan en sus países de origen: Las oportunidades de ganar dinero, prosperar y tener una vida mejor.
Pero esa prosperidad de Estados Unidos no sucedió por casualidad. Lo que a menudo no se comprende es cómo la libertad ha sido fundamental para la prosperidad de Estados Unidos, no sólo en el establecimiento del gobierno que crearon los Padres Fundadores sino en todos los aspectos de la vida estadounidense. Mientras que muchas sociedades ponen su énfasis en un Estado omnipresente que garantice dádivas a sus ciudadanos, la idea de libertad para todos prevalece en el espíritu de la sociedad estadounidense.
Libertad en Estados Unidos es poder pensar y opinar lo que se quiera sin temor a acabar preso por ello. Es libertad para buscar la propia felicidad. Es libertad para comerciar e inundar el mercado de bienes y servicios, ofreciendo oportunidades a los que estén dispuestos a trabajar duro por ello. Y es tener un Estado de Derecho donde impera la ley que protege mis derechos, entre los más importantes, el derecho a la propiedad privada y a ser beneficiario del fruto de mi propio esfuerzo. Ése es el secreto de la prosperidad de Estados Unidos. Esa promesa de libertad y oportunidad sin fin ha sido el imán que atrae a innumerables personas al gran país del norte.
Estos principios no pertenecen exclusivamente a Estados Unidos. Son de toda la humanidad. Bastaría con aplicar principios de libertad para tener sociedades más prósperas, pero el asunto de la envidia y su manipuladora explotación política suele cruzarse en el camino y causar dolorosos estragos en la historia de los pueblos. Por eso, a pesar de su fracasado historial de pobreza y destrucción, las arengas populistas a la ―revolución— siguen funcionando aunque nunca lleven a la prosperidad.
Como en el mundo de Internet no hay barreras geográficas, hay que aprovechar esa libertad que nos da esta tecnología –creada por Estados Unidos– para llegar a todo aquel que quiera escuchar el mensaje de libertad ya que es el único camino para desarrollar sociedades prósperas y felices. La labor es enorme y cuantos más seamos los que ponemos nuestro granito de arena explicando las bendiciones de la libertad, mejor.
Ensayo extraído del libro Reflexiones en torno al poder de las ideas: Voces de Libertad. Editado por Francisco Sánchez Urra (Círculo Acton Chile Ediciones)