¿Por qué lanzó Estados Unidos la madre de todas las bombas?
Ésta es la respuesta rápida: Porque puede. Pero luego está la respuesta técnica: Porque era lo apropiado para la tarea.
El Ejército de Estados Unidos lanzó el jueves su más grande bomba no nuclear, la bomba de explosión aérea GBU-43/B, sobre un objetivo del Estado Islámico (EI) al este de Afganistán. La bomba, que pesa casi 9,800 kilos y tiene unos 10 metros de largo, no había sido utilizada nunca antes en combate.
En las operaciones militares, una de las consideraciones a tomar en cuenta es la proporcionalidad: Que el uso de la fuerza coercitiva sea proporcional a la tarea, al tiempo que se practica debida diligencia para proteger a los inocentes.
En este caso, al parecer el objetivo era un complejo subterráneo – virtualmente un santuario, imposible llegar a él con las municiones convencionales. Era un importante objetivo enemigo. Esta arma en particular crea una masiva ola de sobrepresión que colapsa túneles subterráneos.
Hablando operacionalmente, esto podría reflejar un cambio en cómo lucha Estados Unidos. La última administración era alérgica al riesgo. Su objetivo principal era ver cómo librarse del compromiso. Había una tendencia a trasladar la toma de decisiones a Washington.
Esta Casa Blanca de Trump parece más inclinada a dejar que los comandantes hagan su trabajo y ejerzan su juicio militar.
Hablando estratégicamente, parece haber un cambio en los planes de esta administración para combatir la guerra en Afganistán.
Mientras continúa transfiriendo la responsabilidad a los afganos para que defiendan su propio país y labren su propio futuro, el presidente Donald Trump parece estar prescindiendo del cronograma obamita de retirada, al decir en efecto que nos quedaremos hasta que el trabajo esté hecho y haremos lo que tengamos que hacer para ayudar, ya que está en nuestro propio interés ver que Afganistán pueda pararse sobre sus propios pies.
Trump parece menos interesado en que le reconozcan el mérito por acabar guerras y más en lograr la paz y proteger los intereses de Estados Unidos; Trump le ha dado a Washington DC, el equivalente al lema «No te metas con Texas».
Que la administración haya decidido hablar pública y claramente sobre el uso de esta arma representa su intención de mandar un simple mensaje: La hora de jugar se acabó.
Puede que Trump no esté interesado en salir a cazar dragones. Pero parece decidido y dedicado a que se haga lo necesario para proteger los intereses nacionales y advertir a los enemigos de Estados Unidos que es hora de que desistan.
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