He escuchado varias explicaciones sobre la razón de la caída de los precios del petróleo. Desde teorías conspirativas culpando a Estados Unidos hasta Arabia Saudita. Mi mayor objeción a estas hipótesis es que sería extremadamente difícil (si no imposible) y absurdamente costoso para un país lograr manipular el precio del petróleo para bajarlo de 100 a 60 dólares. Un país productor puede hacer subir el precio del petróleo dejando de producirlo; es decir, tirándose un tiro en el pie. Semejante acción solo beneficia a los otros productores ya que el momento que este país vuelve a producir, el precio baja de manera casi inmediata.
El cartel de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) es un intento de controlar el precio del petróleo a través de cuotas de producción repartidas entre todos los países miembros. Por supuesto para que un gobierno pueda determinar sus niveles de producción de petróleo, debe manejar su producción petrolera, por ello los miembros de la OPEP son generalmente monarquías, dictaduras o democracias semi-socialistas. Un gobierno como el de Estados Unidos, donde se respeta la propiedad privada y donde el petróleo le pertenece a quien lo extrae de su tierra no tiene forma de controlar la producción (al menos en el corto plazo), porque la misma está en manos privadas. Es una razón más para descartar las teorías conspirativas que involucran al gobierno de Estados Unidos.
Lo que los expertos en energía señalan, es que en Estados Unidos existe un boom de inversiones para explorar yacimientos de esquisto lo que ha incrementado considerablemente la producción de ese país. Además si agregamos una desaceleración de las economías de China, India, Brasil y un estancamiento de Europa y Estados Unidos, no es difícil concluir que la explicación de la caída del petróleo no está en teorías conspirativas sino en la llana oferta y demanda.
Yo no soy un experto en energía, pero como economista puedo decir que cuando un negocio produce muchas ganancias, atrae muchas inversiones y viceversa. El petróleo ha experimentado más de una década con precios altos, entonces no es de extrañarse que estos precios hayan incentivado muchas inversiones. A medida que estás inversiones han dado sus frutos y la producción ha aumentado, los precios han caído. Análogamente, en la medida en la que estos precios bajos se mantengan por un largo plazo, podemos pronosticar una reducción en el ritmo de inversiones petroleras.