El deplorabe estado actual de Venezuela [1] no es sino el resultado de una larga historia de estatismo exacerbado. Si bien los 20 años que el chavismo ha gobernado han llevado al país a una situación que para muchos era impensada a principios del siglo XXI en esta parte del mundo, la grave crisis del país caribeño es la coronación de un largo proceso en el cual el Estado incrementó su intervención en todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos. Éstas son 5 ideas que se deben evitar a menos que se quiera destruir un país a la venezolana:
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Siembra ideas en contra del capitalismo
Ganar las mentes y los corazones de las personas es fundamental. En esta tarea, son imprescindibles los intelectuales, los académicos, los artistas, los periodistas y, por supuesto, los políticos. Durante décadas Venezuela cultivó una clase de notables simpatizantes con las ideas del comunismo. Las universidades, si bien admitían todo tipo de pensamiento, eran predominantemente controladas por militantes de la izquierda. La apoteósis del amor de la intelectualidad del país por el comunismo quedó plasmada en 1989 en un comunicado firmado por 911 [2] intelectuales y artistas venezolanos en el cual le daban la bienvenida a Fidel Castro quien visitaba el país para asistir a la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez, con quien el dictador cubano compartía una estrecha amistad. Allí figuraban importantes historiadores, escritores y artistas plásticos que luego NUNCA apoyaron a Hugo Chávez pero con esta manifestación de admiración reflejaban la mayor tragedia venezolana y es que sus élites han sido en su mayoría propensas a las idea socialistas y recelosas de la libertad del individuo.
Esa fascinación por las ideas y las figuras comunistas es la fundación para lograr el resto.
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Promueve la supremacía del Estado
El Estado debe ser omnipresente, omnipotente y, sobre todo, debe ser percibido como bueno. También tiene que ser el poseedor directo de la riqueza del país, es decir, industrias y sectores que se consideren “estratégicos”, deben ser nacionalizados. Esto permite a los políticos contar con una fuente de ingresos propia, que no depende de los ciudadanos, lo que lo otorga un poder prácticamente incontenible. El economista venezolano Hugo Faría lo explica así en relación con los países monoproductores de petróleo [3]:
“Los arreglos institucionales en Venezuela y otros países de la OPEP de índole socialista impiden el equilibrio natural entre Estado y ciudadanos, porque el gobierno es patrimonial. Es decir, la separación entre el soberano y el poder económico es prácticamente inexistente, porque el gobierno se independiza económicamente de los ciudadanos. Esta condición trae como consecuencia un Leviatán incontrolable, lo cual explica en buena parte la precariedad democrática, no sólo en Venezuela, sino en todos los países de la OPEP”
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Acostubra a la población a los subsidios
El sentido de que tener todo gratis, o casi gratis, es un derecho. El documento de identidad, el pasaporte, la educación, la salud, prácticamente el transporte público, el agua potable, la electricidad, la gasolina. No sólo la gente pierde el sentido del valor de las cosas sino que pretende, como su derecho inalienable, que tales productos o servicios deban estar allí sin que ello implique ninguna contraprestación de su parte. Esas facilidades que genera el Estado benefactor también facilitan la ruptura de la sociedad, y un colectivo humano dividido es fácilmente aprovechable por tiranos para imponer su voluntad [4].
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Dale mucho poder al presidente
Como toda Latinoamérica, Venezuela vive bajo el eterno fantasma de la figura del caudillo, del hombre fuerte a quien se confía ciegamente el destino de la nación. Esa figura se institucionalizó en la figura del presidente de la república, que a lo largo del siglo XX, salvo un breve lapso durante la década de 1990, cuando se ensayó un proceso de descentralización de los poderes públicos. La llegada de Hugo Chávez al poder detuvo esa iniciativa y con una constitución hecha a la medida del tirano, la institución presidencial nuevamente vio acrecentado su poder. El estilo de gobernar, autocrático y autoritario, del difunto expresidente sólo potenció el alcance del poder del Ejecutivo.
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Irrespeta la propiedad privada
En la medida en que un estado se hace más grande también se hace más corrupto lo que signigifica que las libertades individuales y los derechos naturales son irrespetados con más frecuencia [5] . Los ataques a las libertades económicas y el ataque a la propiedad privada son fundamentales para eliminar cualquier esfera de protección del ciudadano frente al poder estatal. Así, los individuos indefensos son más fáciles de controlar.
Referencias
[1] https://elpais.com/internacional/2018/11/10/actualidad/1541879894_258388.html
[2] https://www.venezuelavetada.com/2011/04/manifiesto-de-bienvenida-fidel-castro.html
[3] https://econintech.org/wp-content/uploads/2016/05/La-tirania-de-las-minorias-.pdf
[4] https://mises.org/wire/how-welfare-states-make-us-less-civilized
[5] https://fee.org/articles/corruption-rises-as-economic-freedom-falls/
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