Por la educación financiera desde la infancia

Vivimos en un mundo en el que buena parte de nuestras decisiones, por no decir todas, están relacionadas con nuestra condición de «homo economicus», es decir, la aplicación práctica de los principios más sencillos del campo económico a nuestro día a día.

Es por ello que necesitamos de una buena educación financiera, incluso desde niños, que sirva de aprendizaje, para poder tener, el día de mañana, una salud financiera (igual de importante, por cierto, que la salud física) en las mejores condiciones posibles. Educar, desde el punto de vista de la enseñanza. Dar a conocer ciertos hábitos y técnicas, que aplicados a nuestra vida nos dan mejores resultados.

Por otra parte, el campo de las finanzas parece un mundo muy complicado, en el que si no sabes de economía o matemáticas financieras no tienes nada que hacer, pero la realidad es bien diferente. La economía y las finanzas, a una escala personal, nos afectan a todos en el día a día, desde la más temprana infancia (quién no recuerda el chanchito o la alcancía).

Es por ello que desde edades tempranas debería comenzar esta educación financiera. Conozco a padres que enseñan a sus hijos lo importante de no malgastar las pequeñas cantidades que les dan sus familiares y que guardan en esa famosa alcancía. La pedagogía sobre el dinero, cuanto antes mejor. Acostumbrarnos desde chicos a términos y situaciones que nos encontraremos más mayores en nuestro día a día.

Según avanzamos en edad, podemos ir enseñando otros términos económicos que se van entendiendo mejor, como nóminas, impuestos y algunos elementos económicos que nos acompañarán el resto de nuestra vida: IPC, inflación (¿qué es eso del «poder adquisitivo»?), etc. También otros elementos, como una tarjeta de crédito o una hipoteca. Es indignante ver que en la secundaria o en la universidad, si no se cursa directamente Economía, no se verá nada relacionado con todo esto. Años y años de educación «pública y de calidad» para salir «desnudo» a la calle en educación económica y financiera.

La independencia financiera como objetivo

A pesar de lo que algunos profesores, políticos y actores sociales puedan decir (siempre desde la óptica de defensa de lo «público»), la educación financiera desde la infancia no es negativa. Al contrario, es habituar al ser humano a un escenario en el que va a desarrollarse más pronto que tarde. Es crucial generar con el tiempo una independencia financiera y cuanto antes se enseñen los elementos económicos que nos ayuden a alcanzarla, mejor. La independencia financiera sólo puede lograrse mediante ahorro y buenas decisiones de inversión (maximizar las curvas de indiferencia rentabilidad-riesgo de Markowitz) que nos permitan un grado de libertad (financiera y personal) mayor.

Se quejan de la educación financiera quienes nos quieren esclavos del Estado (relacionado con el síndrome de Estocolmo, presente en el Estado del Bienestar), quienes nos dicen que es mejor no aprender y formar nuestra propia economía personal, no alcanzar nuestros objetivos y depender de políticos y burócratas, que aplican políticas a favor del interés general, algo falso a todas luces. Cuanta menor independencia financiera personal, mayor dependencia del Estado. Y eso conlleva un mayor servilismo político a quien más prometa de «lo público».

Es por ello que la propaganda de quienes se quejan de la educación financiera (y en particular, en niños chiquitos) arremete contra la libertad económica y caricaturiza al sector privado. Nos quieren esclavos de un Estado que deje de ser Benefactor para ser Minotauro; y para ello manipulan sobre lo que sea necesario. Caricaturizan al empresario, dicen que la ganancia es perversa (ellos deben trabajar gratis entonces) y no dudan en decir barbaridades sobre el ahorro y la inversión, aparte de manipular también sobre los grandes patrimonios (que nunca falte la falacia de asociar ricos con robo).

Es por ello que debemos plantar cara a quienes engañan con fines perversos, quienes manipulan términos económicos, quienes escriben la Historia a su gusto, falsificando hechos y datos. La educación financiera es una herramienta para vivir en un mundo más libre. Por eso la defendemos quienes defendemos la libertad. Los que prometen el cielo y nos traen el infierno con sus ideas políticas y económicas llevadas a la práctica, nos quieren siervos de su poder, manejar todo y decirnos que no hay vida más allá de ellos. No caigamos en la trampa.

 

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