El legado doméstico del presidente Obama

Llegando ya a la recta final, es notable ver cómo el presidente Obama y los principales medios de comunicación hablan positivamente de su legado presidencial en la esfera doméstica. Para ellos este legado es uno de muchas conquistas que definen la presidencia de Obama como muy exitosa. La línea argumental se enfoca en la recuperación económica y subsiguiente crecimiento económico después de la gran recesión de 2008. Otros apuntan a la caída del desempleo y los miles de empleos creados. Para algunos la reforma del sistema de salud conocida como Obamacare es su mayor logro por lograr aumentar la cantidad de personas aseguradas o las reformas al sistema bancario entre otras. Sin embargo, detrás de la retórica nos encontramos los detalles de estos supuestos logros y entonces la historia es muy diferente.

Un área en la que el detalle es importante es la supuesta recuperación económica, presentada como un gran logro, pero que un análisis más riguroso de los detalles revela un miserable legado económico. Si bien Estados Unidos ha salido de la recesión, su recuperación ha sido anémica con una economía que no crece en más de un 3%, marcando un hito negativo en la historia presidencial. Además, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) realizó en 2009 proyecciones a 10 años sobre crecimiento, desempleo, déficit federal y la deuda. Al llegar al final del mandato de Obama, ninguna llega ni por asomo a las expectativas de esas proyecciones. Incluso más preocupante es ver que los ingresos familiares se han mantenido mayormente estancados durante 8 años.

Otro aspecto económico es el empleo, no cabe duda que durante la administración del presidente Obama se ha creado empleo, pero si se mira el detalle, hay un enorme problema de baja participación laboral. Aunque esto empezó antes de que la administración Obama llegara al poder, es la disminución en la participación laboral lo que ha permitido al gobierno esconder la realidad de que existe un desempleo más alto. Esto se debe sencillamente a que muchos americanos están abandonando la búsqueda de un trabajo. Esto no es un logro; es un problema que la próxima administración debe atacar intensamente.

La legislación más importante durante su mandato fue la aprobación de Obamacare, claro ejemplo de una política de incrementar impuestos y aumentar la regulación. Esta ley, cuya validez se apoya en el aumento de asegurados mayormente por la expansión de Medicaid y el mandato federal, ha empeorado la situación en el sistema de salud. Obamacare no sólo fracasa a la hora de controlar el costo de la atención médica, sino que provoca grandes subidas en los precios de las pólizas médicas y en la cantidad deducible antes de poder usarlas. Aunque la izquierda nos dijo que los subsidios ayudarían a manejar estos aumentos, la verdad es que muchos no logran cumplir los requisitos para la subvención. Otros problemas son la pérdida de proveedores ya que en grandes partes del país solamente existe un proveedor de planes médicos, el aumento en la deuda federal y aumentos en los costos para los Estados.

Pero en lo social, no existe peor legado de esta administración que ver cómo nuestra Constitución ha salido perjudicada. Siguiendo la trayectoria preocupante de pasados presidentes, el presidente Obama ha utilizado inconstitucionalmente las órdenes ejecutivas para implementar política pública y escribir leyes. Igualmente su administración atacó fuertemente la libertad de expresión con su oposición al caso de Citizens United, entre otras formas de expresión política. Su ataque a la libertad religiosa, mayormente a través de Obamacare, como por ejemplo el mandato de proveer contraceptivos y practicar abortos bajo pena de ser enjuiciados si no se obedecía la ley. Y eso sin mencionar todo lo hecho para diluir la Segunda Enmienda.

El legado fiscal y económico que deja Obama es uno en el que tendremos que trabajar por muchos años para traer sanidad fiscal y económica a Washington. A este legado nefasto, podríamos agregar otros temas como la regulación medioambiental que ha devastado el sector energético dependiente del carbón, o estos años tan malos económicamente para las minorías del país.

El presidente Obama entró a la Casa Blanca prometiendo esperanza y cambio, pero deja un legado que no llena esas expectativas y que nos deja con una deuda que cuando él asumió el cargo era de unos 8 billones y hoy es de 20 billones de dólares.

 

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