De conformidad con la Constitución de Estados Unidos de América, es el Congreso –y no el presidente- quien crea las leyes. El Artículo Primero de la Constitución garantiza un número específico de poderes legislativos para el congreso. La Constitución asigna al Ejecutivo la tarea de poner en marcha las leyes; el Artículo Segundo, en su Sección Tercera, exige que el presidente “tenga en cuenta que las Leyes sean ejecutadas fielmente”.
Sin embargo, y a lo largo de los últimos ocho años, los estadounidenses han visto a la administración Obama abusando continuamente del poder del Ejecutivo emitiendo decretos inconstitucionales y unilaterales para promover su agenda y usurpando el rol del Congreso. Aquellos viejos días cuando el Congreso creaba leyes han sido lejano recuerdo en la era Obama.
El presidente Barack Obama incluso fue más lejos para anunciar su unilateralismo, al declarar: “No vamos a estar esperando legislación para ver si damos a los americanos la ayuda que necesitan. Tengo un lapicero y tengo un teléfono”.
Pues bien; parece ser que los votantes estadounidenses también cuentan con sus propios lapiceros y los han usado para endosar sus votos -de manera sorprendente y decisiva eligiendo al no político, el republicano Donald Trump, para que oficie de presidente número 45 del país.
Ahora, en control de la presidencia, de ambas cámaras del Congreso y, próximamente, de la Corte Suprema, los conservadores a lo largo del país intentarán reparar algo del daño que Obama le ha infligido al sistema constitucional estadounidense.
Como se prometió desde hace tiempo, Trump deberá usar los primeros cien días de su administración para repeler toda orden ejecutiva ilegal de la administración Obama mientras estuvo en la Oficina Oval.
La siguiente es una lista de siete áreas con los decretos más perjudiciales de la administración Obama que hay que derogar:
- Exenciones al Obamacare, sustentadas en nepotismo: Mientras Trump trabaja con el Congreso para derogar -o modificar- Obamacare, puede comenzar emitiendo una orden que tenga como fin detener algunos decretos de Obama que generaron exenciones especiales al Obamacare para sus amigos políticos.
- Amnistía ejecutiva: El nuevo presidente debe derogar los cambios unilaterales de Obama a las leyes migratorias de Estados Unidos, que eximieron de la deportación a ciertas categorías de inmigrantes ilegales (este freno a las deportaciones fue detenido por una orden judicial, pero la exención subyacente aún permanece en los libros).
- Excesiva discrecionalidad de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) Trump debe derogar las múltiples e ilegítimas reglas de la EPA para ampliar su margen de acción que aprobó Obama. Estas nuevas reglas han impuesto altos costos a la sociedad, reprimiendo al sector energético.
- Intentos de apaciguar a Irán. Trump debe derogar la orden ejecutiva que, unilateralmente, quitó las sanciones estadounidenses sobre Irán. Estas sanciones otorgaron un poder de negociación crítico para Estados Unidos en las negociaciones con Teherán y su remoción abona el camino de la República Islámica para el desarrollo de armas nucleares.
- Burocracia relacionada con el cambio climático: Trump deberá derogar el decreto que propone “preparar a Estados Unidos para el impacto del cambio climático”. Esta iniciativa, propuesta por Obama, creó un mundo de nuevas justificaciones para aumentar el gasto del gobierno federal que ahora se fundamenta en insuficientes conclusiones científicas.
- Vida y libertad religiosa: Trump deberá revertir la financiación de los contribuyentes en la industria del aborto (y que se incluye en Obamacare). Asimismo, deberá ordenar al secretario de Salud y Servicios Humanos para que ponga en marcha un proceso de nuevas reglas que acaben con el seguro que cubre drogas anticonceptivas y abortivas, terapias para ‘transición de género’ y cirugías.
- ‘Identidad de Género’: Trump deberá derogar las guías incluidas en el Título XI, que equiparan ‘identidad de género’ con ‘sexo biológico’. El Departamento de Justicia y el Departamento de Educación han promovido esta suerte de guía para reprimir a instituciones educativas por ‘discriminación’ bajo el Título XI, por sólo ofrecer duchas, casilleros y baños para hombres y mujeres.
Al darle prioridad a la derogación de estos decretazos presidenciales, la administración Trump podrá usar esta sencilla oportunidad para corregir algunos de los errores de la pronto pasada administración.