Constitución de EE.UU.

Por qué Estados Unidos es una república, no una democracia

Hillary Clinton culpó al Colegio Electoral de su abrumadora derrota en las elecciones presidenciales de 2016 como revela su libro What Happened.

Algunos han afirmado que el Colegio Electoral es una de las instituciones más peligrosas en la política americana. ¿Por qué? Dicen que el sistema del Colegio Electoral, a diferencia de un voto popular de mayoría simple, distorsiona el principio “una persona, un voto” de la democracia porque los votos electorales no se distribuyen de acuerdo con la población.

Para respaldar su afirmación señalan que el Colegio Electoral otorga, por ejemplo, a los ciudadanos de Wyoming un peso desproporcionado en una elección presidencial.

Dicho de otra manera, Wyoming, un estado con una población de aproximadamente 600,000 habitantes, tiene un miembro en la Cámara de Representantes y dos miembros en el Senado de Estados Unidos, que otorga a los ciudadanos de Wyoming tres votos electorales, o un voto electoral por cada 200,000 personas.

California, nuestro estado más poblado, tiene más de 39 millones de personas y 55 votos electorales, o aproximadamente un voto por cada 715,000 personas.

Comparativamente, las personas en Wyoming tienen casi cuatro veces más poder en el Colegio Electoral que los californianos.

Mucha gente se queja diciendo que usar el Colegio Electoral en lugar del voto popular y el gobierno de la mayoría es antidemocrático. Yo diría que tienen toda la razón. No decidir quién será el presidente por mayoría no es democracia.

Pero los Padres Fundadores hicieron todo lo posible para garantizar que fuéramos una república y no una democracia. De hecho, la palabra democracia no aparece ni en la Declaración de Independencia, ni en la Constitución, ni en ningún otro de nuestros documentos fundacionales.

¿Qué tal si vemos unas cuantas citas de los Fundadores sobre la democracia?

En El Federalista Nº 10, James Madison quería prevenir el gobierno por facción mayoritaria, diciendo: «Las medidas se deciden con demasiada frecuencia, no según las reglas de la justicia y los derechos del partido minoritario, sino por la fuerza superior de una mayoría interesada y aplastante».

John Adams advertía en una carta: «Recuerda que la democracia nunca dura mucho. Enseguida se desgasta, queda exhausta y se inmola. Nunca ha habido una democracia que no se suicidara».

Edmund Randolph dijo: “Al rastrear estos males hasta su origen, todos los hombres lo han encontrado en la turbulencia y desatinos de la democracia».

El entonces presidente de la Corte Suprema, John Marshall, observó: «Entre una república equilibrada y una democracia, la diferencia es la misma que existe entre el orden y el caos».

Los Fundadores expresaron su desprecio por la tiranía del gobierno de la mayoría y, a través de nuestra Constitución, le pusieron impedimentos a esa tiranía. Dos cámaras del Congreso representan un obstáculo para el gobierno de la mayoría. Es decir, 51 senadores pueden bloquear los deseos de 435 representantes y 49 senadores.

El presidente puede vetar los deseos de 535 miembros del Congreso. Se necesitan dos tercios de ambas cámaras del Congreso para anular un veto presidencial.

Para cambiar la Constitución no se requiere una mayoría sino un voto de dos tercios en ambas cámaras, y si se aprueba una enmienda, se requiere la ratificación por tres cuartas partes de las legislaturas estatales.

Finalmente, el Colegio Electoral es otra medida que frustra el gobierno de la mayoría. Asegura que los estados altamente poblados, hoy en día, principalmente 12 en las costas este y oeste, no puedan pasar por encima del resto de la nación. Eso obliga a un candidato presidencial a tener en cuenta los deseos de los otros 38 estados.

Aquellos americanos obsesionados con el gobierno de las mayorías populares podrían querer deshacerse del Senado, donde los estados, independientemente del número de la población, tienen dos senadores.

¿Deberíamos cambiar la representación en la Cámara de Representantes a un sistema de representación proporcional y eliminar la garantía de que cada estado obtenga al menos un representante?

Actualmente, siete estados con poblaciones de 1 millón o menos tienen un representante, lo que les da una influencia desproporcionada en el Congreso.

Y ya que estamos en esto, ¿deberíamos aprovechar y hacer que todas las leyes del Congreso sean por el gobierno de la mayoría? Luego de establecer un gobierno de la mayoría en el Congreso, ¿deberíamos cambiar nuestro sistema judicial, que requiere unanimidad en las decisiones del jurado, por una regla de mayoría simple?

Mi pregunta es: ¿Es ignorancia o desprecio a nuestra Constitución lo que alimenta el movimiento para abolir el Colegio Electoral?

 

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